Oscar Wilde (1854-1900)

Le incluye entre la literatura fantástica, no solo por “El retrato de Dorian Grey”, sino por los cuentos del “Príncipe feliz”, lo cual es curioso porque estos últimos, deliciosos, aunque fantásticos no tienen nada de terroríficos.

-Matthew Phipps Shiel  (1865-1947)

Xelucha” es un fragmento dañino y repulsivo, pero lo
supera la indudable obra maestra de Shiel, “The House of Sounds” (“La
mansión de los sonidos”)

-Bram Stoker (1847-1912)

Sorprende ver que Lovecraft realmente es un detractor de la obra de Stocker, “creador de muchos conceptos intensos en una serie de novelas cuya mediocre técnica perjudica tristemente su efecto”. “La madriguera del gusano blanco” “La joya de las siete estrellas”, las menciona por sus argumentos, aunque cree que Stoker las estropea por su mala técnica. Significativo que ignore cuentos clásicos como “La casa del juez”, “El entierro de las ratas”, “Los duelistas”…¿Enemistad personal? ¿Algún otro motivo? Porque, obviamente, Bram Stoker es un excelente escritor.

Solo a “Drácula” la sitúa en el puesto que le corresponde, pero más por su influencia, por la creación de un arquetipo universal, más que por la calidad de la obra en sí, aunque reconoce que es la más lograda

“Drácula facilitó la aparición de varias novelas similares de horror
sobrenatural, entre ellas descatan The Beetle (El escarabajo) de
– Richard Marsh, Brood of the Witch-Queen (Los vástagos de la reina
– bruja) de “Sax Rohmer” (seudónimo de Arthur Sarsfield Ward), The
– Door of the Unreal (Las puertas de lo irreal), de Gerald Biss. Esta
última novela elabora con bastante destreza el tradicional mito del
hombre-lobo”

-“Mucho más sutil y artística, y narrada con singular maestría a
través de los diversos puntos de vista de varios personajes, es la novela
Cold Harbour, de Francis Brett Young”

-“novela Witch Wood (El bosque de las brujas), John BuchanThe Green Wildebeest (La bestia verde), The Wind in the Pórtico (El viento en el pórtico) Skule Skerry”

-“Clemence Housman, en la novela corta titulada The Werewolf (La
loba) recaptura la atmósfera del auténtico folklore en una narración
tensa y macabra”

-“The Elixir of Life” (“El elixir de la vida”), Arthur
Ransome

-“The Shadowy Thing” (“La criatura de las
sombras”) de H. B. Drake

-“Lilith” de George MacDonald

-“La obra del poeta Walter de la Mare merece los más altos elogios. Entre los cuentos, recopilados en varios volúmenes, muchos son inolvidables por su dominio de las más oscuras ramificaciones del
miedo y la hechicería, especialmente “La tía de Seaton”, un relato
dominado por el horrible trasfondo de un perverso vampirismo. “Tree” (El árbol), “Desde lo profundo”, “A recluse” (“Un recluso”), “
Mr. Kempe”.

E. F. Benson “El hombre que fue demasiado lejos”, El volumen de
Benson titulado “Visible and Invisible (Visible e Invisible)” contiene
varios cuentos de singular poder, en especial “Negotium Perambulans”. “Horror-Horn”, “The Face” (“El rostro”)

-H. R. Wakefield, “en sus
volúmenes “They Return at Evening” (“Los que regresan al anochecer”) y
“Others who returned” (“Otros que regresan”) tiene momentos de
brillantez, a pesar de un aire viciado de sofisticación”.

Los cuentos más notables son “The Red Lodge” (“La casa roja”) con su viscoso espectro, “He Cometh and He Passed By”, “And He Shall Sing”, “The Cairn”, “Blind
Man’s Buff” (“La gallina ciega”), y ese vislumbre de horror milenario
titulado “The Seventeeth Hole at Duncaster” (“Hoyo 17 en Duncaster”).

 

-H. G. Wells 

“en “The Ghost of Fear” (“El fantasma del
miedo”) alcanza un alto nivel, y todos los cuentos del volumen “Thirty
Strange Stories” (“Treinta relatos extraños”) poseen fuertes implicaciones
fantásticas”. Al principio del libro mencionaba “La habitación roja”

-Arthur Conan Doyle 

Le menciona también dos veces…”de vez en cuando, pulsa una poderosa nota
espectral”. Parece que tampoco le valora especialmente, al menos en su faceta de autor fantástico. Menciona dos cuentos menores teniendo un puñado de clásicos: “El parásito”, “Espanto en las alturas”, “La nueva catacumba”…

-Hugh Walpole  “La señora Lunt” , “The Bad Lands” (“Las tierras malas”)

-E. M Forster
“Pánico”

-La señora D. H. Everett, colección de cuentos “The Death Mask” (“La
máscara de la muerte”)

-El novelista L. P. Hartley resalta por su
insidioso y horripilante cuento “A Visitor from Down Under” (“Un
visitante de las antípodas”)

-May Sinclair, en sus “Uncanny Stories”
(“Historias sobrenaturales”) utiliza el “ocultismo” tradicional

“Cabe destacar en este punto que los adherentes al
ocultismo son quizá menos efectivos que los materialistas en delinear
lo espectral y lo fantástico, pues para ellos el mundo fantasmal es una
realidad tan cotidiana que tienden a considerarlo con menos
reverencia, distancia y sobrecogimiento tal como lo hacen aquellos
o´que ven en lo desconocido una absoluta e impresionante violación
del orden natural”.

-William Hope Hodgson “Los botes del Glen Garrig (1907),

“La casa en el límite” (1908) -quizá la mejor de todas las obras de
Hodgson-, “Los espectros del mar” (1909),

“The Night Land” (“La tierra de la noche”) de 1912, es una extensa
historia (538 páginas)

-Joseph Conrad “quien a menudo escribió acerca de los oscuros secretos del mar y del inexorable poder del destino que ensombrece la vida de aventureros
solitarios y obsesivos” No menciona ningún relato en concreto.

-Yeats, la personalidad más destacada del renacimiento irlandés

LOS MAESTROS MODERNOS

Cuando Lovecraft habla de maestros “modernos” hay que tener en cuenta que el más moderno de los cuatro que menciona es nacido en 1878. Y los otros en los años 60.

 

“Los mejores cuentos de terror moderno, al amparo de la extensa evolución del genero, poseen una naturalidad, convicción tersura artística y diestra intensidad cuyo atractivo está más allá de toda comparación con las fantasías góticas del pasado. La técnica, el estilo, la experiencia y los conocimientos psicológicos, han avanzado tremendamente con el paso de los años, de modo tal que las obras antiguas nos parecen ingenuas y artificiales; redimidas, si acaso, sólo por el genio que puede superar incómodas limitaciones. El tono jovial y declamatorio de corte romántico, lleno de falsas motivaciones, que asigna a cada, evento un doble significado y un irresponsable “glamour”, pertenece ahora a las fases más ligeras y caprichosas de la literatura fantástica”

“aunque sabemos de muchos grandes escritores contemporáneos, que caen ocasionalmente en posturas ostentosas de inmaduro romanticismo, o en la jerga hueca y absurda del “ocultismo” seudo científico, que en esta época se encuentra en una de sus periódicas mareas altas”.

“Entre los creadores modernos de horror cósmico elevado a su punto artístico más alto, pocos pueden tener la esperanza de rivalizar con el versátil:

-Arthur Machen (1863-1947)

“sus poderosos cuentos de terror escritos a fines del siglo pasado y principios del actual, permanecen como ejemplos únicos y definen una época en la historia de esta forma literaria: “El gran dios Pan (1894)” “El pueblo blanco”. 

En la novela episódica “Los tres impostores”, incluye ciertos relatos que tal vez representen el punto más alto del talento de Machen como artesano del terror, “La novela del Sello Negro”,  “La novela del polvillo blanco”, “Pequeño pueblo” 

“The Red Hand (La mano roja)” y “La pirámide de fuego”, “El terror” ,”The Great Return (El gran retorno)”, “The Bowmen” (“Los Arqueros”).

-Algernon Blackwood (1869-1951)

“Menos intenso que Machen para delinear el horror puro, aunque infinitamente cercano a la idea de un mundo irreal que amenaza constantemente al nuestro es el talentoso y prolífico Algernon Blackwood, entre cuya voluminosa y desigual obra puede hallarse la mejor literatura espectral de ésta o de cualquier otra época. El genio de Blackwood es indiscutible, pues nadie se ha aproximado a la destreza, seriedad y minuciosa fidelidad con la que él registra los tonos de extrañeza en ámbitos y experiencias ordinarias, o la notable perspicacia con la que construye detalle por detalle todas las percepciones que llevan de la realidad hacia una vida o visión sobrenatural. Aunque no posee un dominio llamativo de la magia verbal, Blackwood es el absoluto e incuestionable maestro de la atmósfera fantástica”

“En primer lugar debe considerarse el relato “Los sauces”, Otro cuento sorprendente y poderoso, aunque menos artístico en su ejecución, es “El Wendigo”, “An Episode in a Lodging House (Un episodio en una casa de huéspedes)”, “The Listener”

En el volumen titulado “Incredible Adventures (Aventuras increíbles)” aparecen algunos de los mejores cuentos de Blackwood. Casi no se les puede llamar cuentos, sino estudios de impresiones evanescentes y fragmentos de sueños apenas recordados. En todos ellos el argumento tiene escasa importancia, y la atmósfera reina sin límites”.

“John Silence, Physician Extraordinary (John Silence, médico extraordinario)” es una colección de cinco relatos relacionados entre sí:   “Una invasión psíquica”, “Antiguas brujerías” -tal vez el cuento más logrado del libro-,”La Némesis del Fuego”, “Culto secreto”, “Camp of the Dog (El campo del perro)”

sutiles, tal vez, para clasificarlas como historias de horror, aunque más genuinamente artísticas en un sentido absoluto, son las novelas “Jimbo” y “El centauro”

Insuperable en el sortilegio de una prosa musical y cristalina, y supremo en la creación de un mundo maravilloso y lánguido de visiones exóticas e iridiscentes, es Edward John Moreton Drax Plunkett, Decimoctavo Baron Dunsany

-Lord Dunsany (1878-1957)

La belleza más que el terror es la clave en la obra de Dunsany. Su método para imaginar nombres originales de personas y lugares con influencias extraídas de fuentes clásicas y orientales, es una maravilla de inventiva versátil y discriminación poética- como puede observarse en estos ejemplos: “Argimenes” “Bethmoora”, “Poltarness”, “Camorak”, “Iluriel” o “Sardathrion”

No obstante, inevitablemente en un maestro de la irrealidad triunfante, en su obra existen ocasionales toques de pánico cósmico que se integran a la auténtica tradición “The Book of Wonder” (“El libro de las maravillas”), “Cuentos de un soñador”. Muchas piezas teatrales de Dunsany están repletas de miedo espectral. En “The Gods of the Mountain (Los dioses de la montaña)”, “Una noche en la taberna”…

Pero mera descripción apenas si puede expresar una pequeña parte del poderoso encanto de Dunsany. Sus ciudades prismáticas y rituales lejanos y mágicos están cincelados con una firmeza que sólo la maestría puede otorgar, y nos estremecemos con un sentido de verdadera participación en sus secretos misterios. Para el lector de genuina imaginación Dunsany es el talismán y la llave que permite vislumbrar las inagotables riquezas del mundo de los sueños y las memorias perdidas; de modo que podemos considerarlo no sólo como un poeta, sino como alguien que hace de cada lector un poeta.

 

En el polo opuesto del genio, y dotado con un poder casi diabólico para invocar sutilmente el horror en medio de la vida cotidiana y prosaica, tenemos al erudito:

-Montague Rhodes James, (1862-1936) rector de Eton, anticuario de fama y reconocida autoridad en manuscritos medievales e historia catedralicia.

Ha formulado tres preceptos muy razonables para la composición de relatos macabros. Un cuento de fantasmas, nos dice, debe transcurrir en un marco familiar y contemporáneo que lo acerque a la esfera de experiencias del lector. Además, los fenómenos espectrales deben ser malignos más que benignos; dado que el miedo es la principal emoción a suscitar. Y por último, debe evitarse cuidadosamente la jerga, del “ocultismo” o seudo ciencia, para no sofocar la ilusión de verosimilitud en una pedantería inconvincente

Los cuentos de M. R. James están reunidos en cuatro pequeños volúmenes, titulados respectivamente Ghost Stories of an Antiquary (Cuentos de fantasmas de un anticuario), More Ghost Stories of an Antiquary (Más cuentos de fantasmas de un anticuario), A Thin Ghost and Others (Un fantasma delgado y otros), y A Warning to the Curious (Una advertencia a los curiosos). También tenemos una deliciosa fantasía juvenil The Five Jars (Las cinco jarras) que posee vislumbres espectrales. Entre esta riqueza de material es difícil seleccionar un cuento especialmente característico o favorito, aunque cada lector tendrá, sin duda, las preferencias acordes con su temperamento.

El Conde Magnus,El tesoro del Abad Thomas ,Los sitiales de la catedral de Barchester, Silba, muchacho, y acudiré,Un episodio en la historia catedralicia

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